Ese día me llevé una sorpresa que no me había pasado nunca en mis años como recruiter…
Hace un tiempito estuve a cargo de una búsqueda para cubrir el puesto de supervisor/a de fábrica. Estábamos buscando un perfil de ingeniería.
Recibí el CV de una persona e identifiqué enseguida que podría ser un buen “match” para el puesto. Dada su experiencia, conocimientos, aptitudes para liderar…en esa primera entrevista pude confirmar mi sospecha. Había invitado a quien sería su jefe a participar de esa entrevista también. Y los dos estuvimos de acuerdo. Definitivamente sería un buen candidato para continuar el proceso de entrevistas.
Sin embargo, me lleve una sorpresa. Al día siguiente recibí una llamada de esta persona, comentándome que en realidad no estaba interesado en avanzar en el proceso. Se había dado cuenta de que no estaba para volver a iniciar un trabajo en relación de dependencia. Lo que realmente quería era poner su propia consultora.
En este caso nosotros no estábamos buscando tercerizar, necesitábamos alguien inhouse.
Conversamos un poco más sobre su situación de carrera y lo que estaba buscando profesionalmente, en realidad ella sabía que no quería volver a “la corpo” en relación de dependencia, pero no tenía muy claro, cuáles serían los servicios que quería ofrecer, cómo y a quién. Por eso le comenté sobre mi trabajo como mentora en desarrollo de carrera.
Al tiempito hizo el curso POTENCIA TU CAMBIO LABORAL y algunas mentorías personalizadas. Fue increíble ver cómo sus planes tomaron forma luego de atravesar el proceso central de AUTOCONOCIMIENTO.
Hoy tiene una consultora, pero lo más importante es que ella cree (más que nadie) y con mucho convencimiento de que el servicio que brinda es trascendental. Sabe lo bien que lo puede hacer, y también lo que vale.
Una vez más confirmo la diferencia entre hacer y hacer con convencimiento, gusto y sentido.
Estas experiencias ajenas también confirman mi gusto y sentido por lo que hago 🙌🏻
